La coexistencia de logrados atributos bunker y de comunicación elevan a un envase, a la categoría de packaging. Un packaging logrado debe exhibir una simbiosis con el producto que contiene. No sólo por sus características de contención, acondicionamiento y facilitación de acceso o uso, sino por presentar o expresar -cuando no es posible lo anterior- lo mejor del producto o de su uso, resultado de uso, etc. (en respuesta o concordancia con las expectativas del mercado). Analicemos por ejemplo el caso de las gelatinas y las aceitunas. Las primeras son contenidas por un envase primario y comunicadas por un envase secundario. Si pudiésemos establecer un común denominador entre la expresión gráfica de todas las ofertas del mercado el resultado sería una imagen "apetitosa" que exhibe el resultado del uso del producto: recordemos que el contenido de aquel envase primario es solo un polvo.
En el caso de las aceitunas, en particular las denominadas "premium" son contenidas envases de vidrio. En este caso el envase de plástico se desestima por no connotar o agregar valor de calidad al producto. Pero aqui aparece un fenómeno que más allá de jerarquizar al producto lo distorsiona. Lo magnifica. Este camuflaje o amplificación juega a favor de las expectativas del consumidor en el momento de su toma de decisión y hasta la apetura del envase....
En el caso de las aceitunas, en particular las denominadas "premium" son contenidas envases de vidrio. En este caso el envase de plástico se desestima por no connotar o agregar valor de calidad al producto. Pero aqui aparece un fenómeno que más allá de jerarquizar al producto lo distorsiona. Lo magnifica. Este camuflaje o amplificación juega a favor de las expectativas del consumidor en el momento de su toma de decisión y hasta la apetura del envase....
